La ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, ha defendido las «terribles»
fotografías que cambiarán en unos meses el exterior de las cajetillas
de tabaco. Sanidad ya ha seleccionado un total
de 14 imágenes dramáticas que muestran, sin disfraz, los efectos
nocivos del tabaco. El Gobierno ha optado por los pictogramas más
explícitos de la biblioteca que la Comisión Europea había ofrecido a
los países para conseguir mayor impacto. Las nuevas cajetillas
mostrarán gargantas devoradas por tumores, pulmones y dentaduras
carcomidas, entre otras fotografías.
Jiménez aseguró que el objetivo es
«proteger la salud de los ciudadanos», «Nadie va a perseguir a nadie,
pero la obligación del Ministerio de Sanidad es informar de las
consecuencias que tiene el tabaquismo en la salud. El problema no son
las imágenes terribles, es que esas imágenes son algo cierto: son las
enfermedades que provoca el tabaquismo», insistió.
El real decreto que regulará el cambio del etiquetado de las
cajetillas ha superado ya el trámite de alegaciones. En esta discusión,
las tabaqueras han evitado que las imágenes no tapen la marca. Sólo
queda que el Consejo de Estado dé su visto bueno para que la normativa
pueda aprobarse el próximo mes de mayo.
Una vez aprobada, la aparición
de las imágenes no será inmediata. La industria tabaquera tendrá unos
meses para adaptarse y dar salida a su stock.
Javier Blanco, portavoz de la asociación Fumadores por la
Tolerancia, piensa que será una medida «inútil» y que lo único que
provocará es un «boom» en la venta de pitilleras, «para no ver las
fotos».
La opinión del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo es
bien distinta. «La medida ha funcionado en otros países que ya las
usan.Aceleraron la decisión del fumador de abandonar el hábito,
retrasaron el consumo del primer cigarrillo y crearon una imagen
desagradable del tabaco en los niños», explicó la doctora Ángeles
Planchuelo, presidenta del comité.
