La Consejería de Sanidad de la Xunta proyecta incorporar la vigorexia y
la ludopatía en el Plan de Galicia sobre Drogas, con el fin de evitar
nuevas formas de adicción y trastornos obsesivos como el culto al
cuerpo y un exacerbado consumismo.
Así lo confirmó la titular del
departamento de la Xunta, Pilar Farjas, en una entrevista concedida a
la Axencia Galega de Noticias, en cuyo marco indicó que el documento
abarcará otro tipo de adicciones, que se sumarán al alcohol, tabaco y
drogas.
Se trata de adicciones que se están poniendo de manifiesto
como graves problemas de salud mental o física y que requieren también
estrategias de actuación, reconoció la consejera.
En un año en el
que Sanidad prevé desarrollar la nueva ley de drogas, Farjas aboga
por impulsar un cambio de perspectivas, consciente de que desde que
en los 80 vieron la luz en Galicia los primeros planes oficiales de
prevención, éstos se han centrado en la lucha contra las toxicomanías.
Nacieron
dirigidos al problema del consumo de la heroína, después derivaron
hacia la cocaína, que es la sustancia que genera más adicciones,
explicó la titular de la cartera autonómica, para quien los nuevos
trastornos requieren nuevas pautas de tratamiento y de prevención,
diferentes de los programas de deshabituación de la adicción a los
estupefacientes.
La adicción al juego afecta aproximadamente al 1%
de la población en la comunidad. Suelen ser personas de entre 20 y 30
años con un historial de juego de menos de 10 años y con un nivel de
ingresos bajo o medio-bajo.
Frente al patrón existente hace 20 años,
hoy se contabiliza una mujer por cada dos hombres con problemas de
ludopatía.
El gasto mensual de estas personas oscila entre los 600 y
los 1.500 euros, lo que compromete la economía de muchos hogares. Las
máquinas tragaperras, que copan el 50% de los ingresos del juego en
España, son el blanco de la mayor parte de estos jugadores obsesivos,
tanto por la facilidad de acceso, como por la menor cantidad de dinero
necesario para iniciar el juego y por la frecuencia de los premios.
Por
su parte, la vigorexia es un problema que afecta particularmente a
hombres de entre 15 y 35 años adictos al ejercicio físico y que sufren
una distorsión de su propia imagen. En estos casos, las largas sesiones
de deporte van unidas a un estricto control de la dieta e incluso al
consumo de sustancias anabolizantes. La detección de este problema
es complicada. El abuso del ejercicio físico puede degenerar en dolores
musculares, alteraciones cardiacas, temblores, trastornos del sueño o
en problemas sexuales, por lo que la prevención resulta vital para
frenar estas conductas a tiempo.