Además de en varias reuniones de trabajo, el presidente de UNAD expone unas reflexiones sobre UNAD y sobre el Tercer Sector en el ámbito de las drogodependencias, en la publicación que sobre el Foro ha editado la Fundación Luis Vives.
Luciano Poyato señala que «lo fundamental es mejorar la calidad de vida de las personas con problemas de drogas y de sus entornos más cercano, lo secundario es quién desarrolla esas actuaciones».
El Foro fue convocado con una pregunta: ¿Es posible el equilibrio en las ONG? Las organizaciones sociales, como
una de las expresiones genuinas de la sociedad civil, han tenido
históricamente distintas y plurales opciones de actuación que van desde
la sensibilización, denuncia, reivindicación, etc. hasta la autoayuda y
la prestación de servicios. Esa pluralidad de opciones, a veces
compatible en la misma organización y a veces no, es buena para el
sector y para el conjunto de la sociedad, y por lo tanto hay que seguir
reivindicándola y potenciándola.
El tema trabajado en este Foro parte de la idea de que el Tercer Sector se fundamenta en la iniciativa privada, libre y voluntaria,
una de las expresiones genuinas de la sociedad civil. Históricamente,
ha desarrollado distintas y plurales opciones de actuación, que van
desde la sensibilización, la denuncia y reivindicación, hasta la
autoayuda y la prestación de servicios.
Esta pluralidad y variedad es en muchos sentidos rica y positiva para la sociedad y para las propias organizaciones.
Sin embargo, en buena parte debido a que predomina en nuestro país un modelo mixto en la provisión de servicios sociales, el Tercer Sector se está concentrando marcadamente en la provisión de servicios, a la vez que se acentúa su dependencia financiera de las administraciones públicas.
Este
hecho, que considerado por sí solo no es ni bueno ni malo, nos tendría
que hacer estar atentos, con el fin de que no suponga una pérdida de
la capacidad del Tercer Sector de ejercer otras opciones de actuación.
Es más, se nos plantea de partida la duda de hasta qué punto es
posible que las organizaciones desarrollen algunas actuaciones que
pueden resultar difíciles de mantener de modo coherente, por ejemplo la
provisión de servicios y la reivindicación, cuando estos servicios están financiados por la Administración Pública.
Merece
la pena que nos paremos a reflexionar y debatir sobre estos asuntos en
un contexto en el que los cambios sociales que se están produciendo y
el propio dinamismo del Tercer Sector deben de seguir manteniendo esta
pluralidad de funciones que es expresión de la riqueza de la iniciativa
social.
Éste ha sido precisamente el tema elegido para el IV Foro del Tercer Sector,
coordinado por Rafael Aliena (Director del Departamento de Trabajo
Social y Servicios Sociales de la Universidad de Valencia), al que se
ha dado el título de “Los equilibrios del Tercer Sector. Una filosofía
del pluralismo de funciones”.