07 junio 2010
El 30% de las españolas mayores de 16 años es fumadora

El 30% de las españolas mayores de 16 años son fumadoras, según se
desprende de un estudio paneuropeo llevado a cabo por YouGov, con la
colaboración de Pfizer. En este sentido, y para luchar contra el
incremento de la población femenina fumadora, la Organización Mundial
de la Salud (OMS) ha centrado la edición de este año del Día Mundial
Sin Tabaco en el tema Género y Tabaco: la
promoción del tabaco dirigida a las mujeres. En España mueren
cada año 417 mujeres debido a enfermedades relacionadas con el tabaco,
lo que significa que cada 21 horas, fallece una española por esta
causa.


En el estudio de YouGov se entrevistaron a 8.061 mujeres de toda
Europa, incluida España. Según los resultados del análisis, el método
más común para intentar dejar el tabaquismo entre las encuestadas es
la fuerza de voluntad. En este sentido, el 65% de las españolas lo ha
intentado mediante esta fórmula en alguna ocasión, pero según diversos
estudios a través de este método sólo el 10% lo consigue
satisfactoriamente.

Un dato destacado del estudio es que el 55% de las españolas no
tiene pretensión de visitar a su médico con respecto al consumo de
tabaco, a pesar de que recientes investigaciones han demostrado que
con tan solo un breve consejo profesional se puede aumentar hasta en
un 30% la probabilidad de vencer la adicción para siempre. Sin
embargo, el apoyo de amigos y familiares se muestra como un factor
importante a la hora de intentar abandonar el tabaco pues, según la
encuesta, el 30% de las españolas asegura pedir consejo a una persona
cercana para lograr dejarlo.

En España, el tabaquismo no está considerado una enfermedad o
condición médica por la mayor parte de la sociedad, y en el caso de
las mujeres, un 84% de ellas ve el tabaco como un estilo de vida. Sin
embargo, para los médicos españoles, la dependencia al tabaco es una
condición médica y en ningún caso representa un estilo de vida, pues
un 97% así lo opina (el mayor porcentaje de Europa), por lo que
afirman que debe ser tratada como una enfermedad crónica, la cual
puede presentar recaídas en varias ocasiones.

“El tabaquismo es una
adicción y eso quiere decir que la fumadora no tiene control sobre el
consumo del tabaco. La ayuda del médico es fundamental para aconsejar y
acompañar en el proceso de cambio y para resolver las complicaciones
que puedan aparecer”, comenta al respecto la doctora María Jesús
González, médico de familia especialista en adicciones.

Aunque la mayor parte de las consecuencias del consumo de tabaco
son similares en mujeres y hombres, existen diferencias de género que
afectan a aspectos diversos. De este modo, las motivaciones para
empezar a fumar y para mantener el consumo son distintas según el
sexo, al igual que las consecuencias para la salud no son las mismas.

“El tabaquismo produce una serie de patologías específicas de la
mujer: trastornos menstruales, menopausia adelantada y
consecuentemente mayores complicaciones por osteoporosis, doble riesgo
de padecer cáncer de cuello uterino, aumento de la infertilidad,
mayor riesgo de abortos, trastornos de la placenta y recién nacidos de
bajo peso.

El tabaco además provoca envejecimiento prematuro de la
piel, mayor cantidad de arrugas y manchas en los dientes”, explica la
doctora González.

Los enfermos mentales son especialmente vulnerables al tabaquismo.
De hecho, la prevalencia de tabaquismo en este colectivo es de dos a
tres veces superior que en la población general, siendo especialmente
alta en la esquizofrenia y en el trastorno bipolar, ha recordado la
Sociedad Española de Psiquiatría (SEP), con motivo de la celebración
del Día Sin Tabaco.

Por este motivo, la SEP, la Sociedad Española de Psiquiatría
Biológica (SEPB) y la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental
(FEPSM) señalan la necesidad de implantar medidas específicas que
ofrezcan a los enfermos mentales tratamientos de desintoxicación y
deshabituación al tabaco.

“La enfermedad respiratoria es la primera causa de muerte en
nuestros pacientes con esquizofrenia y trastorno bipolar, seguida de
las enfermedades cardiovasculares”, explica el doctor Julio Bobes,
presidente de la SEPB.
En este sentido, el doctor José Giner, presidente de la FEPSM,
explica que “los enfermos mentales fuman más cigarrillos al día,
inhalan más profundamente, tienen valores más altos de monóxido de
carbono en aire espirado y metabolitos de nicotina en sangre y
presentan una dependencia más intensa”.
Diversas situaciones y factores de riesgo están implicados en la
mayor morbi-mortalidad que presentan los enfermos mentales, comparados
con la población general, y uno de los más importantes es la alta
prevalencia de tabaquismo que se mantiene inalterable en esta
población.

Asimismo, existe una relación directamente proporcional
entre la intensidad y la gravedad de la clínica psiquiátrica y la
gravedad del tabaquismo. “Es además, una población con especiales
dificultades para dejar de fumar y hasta ahora los resultados
obtenidos en los tratamientos disponibles son discretos”, afirma el
doctor Bobes.
“El tema del tabaquismo en enfermos mentales ha recibido
relativamente poca atención por parte de los profesionales y que
tendríamos que considerar que los enfermos mentales deberían de
recibir más apoyo en la prevención, control y tratamiento del
tabaquismo”, lamenta el doctor Giner.

Según la OMS, al año fallecen en el mundo cuatro millones de
personas por culpa del tabaco. Para la década del 2020 o 2030, el
número de víctimas relacionadas con el tabaquismo que podrían evitarse
alcanzará los diez millones de muertes al año. Además, el informe de
la OMS recuerda que el 70% de estas muertes se produce en los países
desarrollados, donde el consumo de tabaco está aumentando
espectacularmente.