Estos datos se recogen en el Informe Mundial sobre las Drogas 2008,
elaborado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el
Delito (ONUDD).
El documento destaca que
el número de consumidores se ha mantenido estable por debajo del cinco
por ciento de la población mundial, y precisa que para 26 millones de
personas, el 0.6 por ciento de la población adulta del planeta, la
droga supone un serio problema.
La sustancia ilegal más difundida es el cannabis, consumido por 165.6
millones de personas, el 3,9 por ciento de la población de entre 15 y
64 años en 2007, una décima más que el año anterior.
Las anfetaminas son la segunda droga más usada, al tomarla 24.7
millones de personas, aunque fue la única que experimentó cierta caída
en el consumo al pasar del 0.60 por ciento al 0.58 por ciento su tasa
de prevalencia.
Las siguientes sustancias son el grupo de los derivados del opio con
16.5 millones de consumidores, el 0,39 por ciento de la población
mundial, con un ligero ascenso de un 0.02 por ciento.
La cocaína es consumida por 16 millones de personas, el 0.4 por ciento
de la población mundial, y tuvo también un ligero ascenso, al igual que
el «éxtasis», con 9 millones de usuarios.
«En los últimos años la fiscalización de estupefacientes ha conseguido
extraordinarios avances, sobre todo en comparación con otras sustancias
psicoactivas», explicó el director de la ONUDD, Antonio María Costa, en un comunicado difundido hoy en Viena
Según los datos de la ONU,
cada año fallecen cinco millones de personas por tabaquismo, dos
millones y medio por culpa del alcohol, y unas 200 mil por efecto de
las drogas.
«La fiscalización de estupefacientes ha dado importantes resultados: la
heroína, la cocaína y las sustancias sintéticas son desastrosas para
quien las consume, pero no tienen repercusiones tan graves en la salud
pública como el tabaco y el alcohol», destacó Costa.
Aún así, la ONU
advierte de tendencias preocupantes como el aumento mundial del cultivo
de la hoja de coca y de opio en el planeta, lo que puede abaratar el
precio de la droga y elevar la oferta.
«Los grandes aumentos registrados últimamente en la oferta de
estupefacientes procedentes de Afganistán y de Colombia pueden hacer
que suban las tasas de drogadicción por la caída de los precios y la
mayor pureza de las dosis», agregó Costa.