UNAD

18 julio 2024
UNAD aborda las adicciones en personas mayores en un curso de verano de la Universidad de Santiago de Compostela
Felisa Pérez, vicepresidenta de UNAD, ha intervenido en la clausura de la formación, titulada "Envejecer en la diversidad: identidad de género, ruralidad, situación de discapacidad, estatus socio-económico e inmigración"

UNAD, la Red de Atención a las Adicciones, ha participado este jueves en la clausura del curso de verano ‘Envejecer en la diversidad: identidad de género, ruralidad, situación de discapacidad, estatus socio-económico e inmigración’ de la Cátedra de Cruz Roja de la Universidad de Santiago de Compostela para la mejora de la calidad de vida de las personas mayores. La intervención ha corrido a cargo de Felisa Pérez Antón, vicepresidenta de UNAD, quien ha explicado la trayectoria de la red de adicciones en la atención a personas mayores.

En su ponencia ha recordado cómo el envejecimiento de la población y el aumento de la esperanza de vida en España son fenómenos que están transformando la estructura demográfica, algo que plantea importantes retos y oportunidades en diversas áreas entre las que destaca, la salud.

En este sentido, ha explicado que cuando la población envejece los consumos no desaparecen de la vida de las personas por el mero hecho de cumplir años, sino que pueden mantenerse o incluso iniciarse.

Así, Pérez ha asegurado que “las adicciones en este grupo poblacional son un problema complejo y multifacético” y ha destacado que existen factores sociales y físicos como, por ejemplo, el deterioro cognitivo, la demencia, el dolor crónico o el estar en tratamiento con fármacos psicoactivos, que pueden ser potenciadores de consumo.  Sobre este punto, Pérez no ha querido dejar de lado la soledad no deseada, que puede ser también un factor de riesgo para desarrollar un consumo problemático.

Seguidamente, la portavoz de UNAD ha explicado que, en España, las personas mayores, en general, presentan tasas menores de consumo en comparación con la población general, salvo en lo que concierne a la farmacología. De hecho, ha asegurado que la adicción más común en este grupo poblacional es a los medicamentos, tal como indica la Encuesta sobre Alcohol, Drogas y otras Adicciones en Mayores de 64 años en España, elaborada por el Plan Nacional Sobre Drogas.  A la farmacología le sigue la adicción al alcohol, cuya legalidad y normalización facilitan el acceso y posterior consumo, después el juego y, en último lugar, las sustancias ilegales.

LIBRO BLANCO DE LAS ADICCIONES Y PERSONAS MAYORES

Con este contexto, ha indicado Pérez, desde UNAD se ha firmado una alianza con el Grupo Social Lares para aumentar el conocimiento y la visibilidad de las drogodependencias presentes en edades avanzadas, teniendo en cuenta la perspectiva de género.

Así se ha publicado recientemente el Libro Blanco de las adicciones en personas mayores, que es el resultado de dos años de investigación y que, además de datos cuantitativos, incorpora una serie de historias de vida que hacen comprender los factores de riesgo y las consecuencias físicas, emocionales y sociales que enfrentan estas personas y, en especial, las mujeres, que están aún más invisibilizadas.

En el análisis cualitativo, realizado a través de entrevistas a personas mayores de entre 55 y 90 años con consumos problemáticos vinculados al juego, el alcohol y otras sustancias ilegales, se revelan diferencias significativas entre hombres y mujeres en la manera de actuar, pensar y sentir. Por ejemplo, las mujeres declaran haber tenido una infancia difícil en comparación con los hombres, quienes describen una infancia feliz. Las mujeres legitiman su consumo a través de problemas previos, mientras que los hombres lo vinculan más a motivaciones sociales, e incluso relacionadas con el éxito.

Por último, Pérez ha enumerado las diferentes acciones de sensibilización que se han llevado a cabo para dar visibilidad a esta problemática concreta y ha puesto sobre la mesa la necesidad de mejorar la atención a estas personas. Así, ha hecho un llamamiento para poder formar a profesionales en envejecimiento y adicciones, crear recursos específicos, adaptar los ya existentes desde una perspectiva integral, realizar terapias de apoyo psicológico de mayor duración y frecuencia, así como crear protocolos para la atención de las entidades y fomentar el estudio y la investigación en este ámbito, poniendo el foco en las mujeres.