Ana Isabel (a la derecha), durante un mercadillo que contó con la participación de Pretox
Cerca de 4.000 personas hacen voluntariado en las entidades de la red UNAD, una labor esencial para que el abordaje de las adicciones pueda realizarse de un modo más cercano e integral. Uno de los nombres que están detrás de esta cifra es el de Ana Isabel Rosendo, voluntaria en la entidad toledana Pretox. En el Día Internacional del Voluntariado reflexionamos junto a ella sobre su determinación para acercarse altruistamente a una entidad con el fin de mejorar la calidad de vida de las personas con drogodependencias.
¿Qué le llevó a hacer voluntariado en una entidad como Pretox?
Siempre he sido una persona concienciada y comprometida con la sociedad. Al finalizar mi etapa laboral y empezar con la jubilación decidí embarcarme en acciones que llevaba mucho tiempo queriendo hacer, pero por tiempo no podía. Ya conocía a Pretox por ser familiar de una persona con adicción y creía en la necesidad de ayudar con mi tiempo al funcionamiento de la entidad.
¿En qué tipo de actividades participa?
Sobre todo, en lo relativo a eventos e iniciativas abiertas al público: organización de mercadillos semanales, torneos, actos con motivos de la Navidad. También contribuyo en la preparación de otras actividades y echo una mano cuando hay que hacer tareas que conlleven alguna búsqueda de información.
¿Qué le aporta realizar un voluntariado así?
Me aporta algo muy importante a mi edad, y es la sensación de sentirme útil. El hecho de contribuir con mi tiempo a una entidad que ofrece tanta ayuda a mí también me hace ser parte ella. Además, el equipo técnico está compuesto por gente joven que me transmiten mucha vitalidad y en algún momento también apoyo emocional.
¿Cuál ha sido el mayor aprendizaje que le ha proporcionado ayudar a personas con adicciones?
Las personas que hacemos voluntariado en Pretox ayudamos de forma directa a personas con adicción en el programa de reducción de daños, donde por ejemplo hemos realizado el reparto de alimentos o le hemos buscado ropa a personas sin recursos. Y el aprendizaje de todo ello es que, lejos de prejuicios y vivencias que se hayan podido incluso vivir en casa, esta gente solo necesita cariño y sentirse valoradas como personas y no como enfermos o enfermas.
¿Este voluntariado ha tenido algún efecto en las personas de su entorno?
Siempre hay algún efecto cuando te embarcas en un proyecto de estas características. De primeras, dejas de tener todo el tiempo del mundo para tu familia y amistades y dedicas una parte a ayudar. Pero el efecto más inmediato es que al final conciencias a las personas cercanas a ti sobre la problemática así también conocen a la entidad y aportan en la medida que cada