El primer control tuvo lugar en octubre de 2008 y la última
muestra se realizó en julio de 2009. Ahora, los investigadores
analizan los datos. «Lo más novedoso de este estudio es que delatará la
influencia que tienen en la conducción algunos medicamentos como
antidepresivos o psicotrópicos, lo que podría plantear un serio debate
en cuanto a la conducción en el caso de que se consuman», explica Jaime
Urrutia, jefe de la división de Tráfico de Bilbao.
Durante
este año, el mismo día e incluso a la misma hora en muchas ocasiones,
conductores de veinte países han realizado los mismos controles. Esta
circunstancia especial es debida a que el modo de trabajo establecido
dependía de un cronograma que les ha indicado los días y horarios
concretos en los que debían acometer los tests.
El
proyecto Europe Druid, (Driving Under Influence of alcohol and Drugs)
incorpora como novedad el estudio del efecto que supone la conducción
bajo los efectos también de medicamentos legales. Se trata de un
proyecto pionero, precisamente por esta variante, con una de las
financiaciones europeas para estudios en carreteras y vías públicas más
elevadas hasta ahora, 22 millones de euros.
Junto a las ciudades de 20
países en las que se se realizan los controles participan también 37
instituciones y centros de investigación.
32 áreas de estudio
«A nivel del Estado, el proyecto está coordinado por la Dirección
General de Tráfico (DGT) y se lleva a efecto por parte de algunas
policías locales, la Guardia Civil y los Mozos de Esquadra.
El campo de estudio se ha dividido en cuatro
áreas, diferenciando las urbanas e interurbanas. En el Estado español
han participado localidades de las zonas Norte, Mediterránea y Sur. En
total, se trata de 32 áreas de las que 16 son urbanas.
La propia
Dirección General de Tráfico suministra el material adecuado para
realizar estos controles específicos.
La importancia del estudio hizo
que en un primer momento los agentes que han llevado a cabo los
controles participaran en una reunión informativa en Madrid.
Posteriormente, responsables de la DGT se desplazaron a Bilbao y en la
academia les dieron unas instrucciones sobre cómo realizar los
controles. El objetivo ha sido conseguir entre 3.000 y 4.000 muestras
de saliva que permitan extraer unas conclusiones que puedan ser
elevadas a rango de estudio científico que avale con rotundidad sus
conclusiones y posteriores consecuencias en la legislación.
En
el control han participado además de los agentes de la Policía
Municipal de Bilbao correspondiente, dos investigadores que se han
encargado de realizar las muestras. No era complicado. Se retiraba la
saliva del conductor voluntario en un gel que luego se congelaba y se
enviaba al hospital de Santiago de Compostela en un isótopo para evitar
cualquier contaminación que desvirtuara los resultados.
Los
especialistas han seleccionado 27 medicamentos como susceptibles de
incidir en la conducción. Además de las anfetaminas, la muestra estudia
el efecto de boticas como los ansiolíticos, la Biodramina, los
antidepresivos, medicamentos para ayudar a dormir… Es decir,
medicinas que todo el mundo toma habitualmente para problemas que les
aquejan. Además de la Universidad de Santiago que lidera el proyecto en
el Estado participan también el Instituto Nacional de Toxicología y la
Universidad de Valladolid.
El proceso
que han seguido los agentes implicados en el estudio no era complicado.
Cuando un conductor era parado en uno estos controles, que
aparentemente eran similares a los de alcoholemia, en primer lugar los
agentes informan a la persona requerida que no era obligatorio
participar en el estudio europeo.
Si
accedía, la primera prueba que tenía lugar utilizaba el etilómetro para
controlar la medida de alcohol en sangre. Si el resultado era positivo
se cerraba el atestado correspondiente de forma habitual.
En
el caso de que diera negativo, aun así se le da la posibilidad de
participar en el estudio. En esa circunstancia se informaba de que no
tendrá consecuencias legales o de sanción si se comprobara que la
persona que participa en la muestra ha ingerido, por ejemplo, Orfidal o
Valium.
En las pruebas se añadió una descripción en la que se hace
constar el estado físico del conductor del cual se ha tomado la muestra
salival. En total, en Bilbao se han realizado 374 pruebas aleatorias de
las que 187 han sido para detectar la ingesta de alcohol de las cuales
tres dieron positivo. Otras 187 se han centrado en las drogas con 15
positivos. Además se han recogido otras 185 muestras de saliva. El
método desarrollado por el Instituto de Medicina Legal de la
Universidad de Santiago puede detectar hasta 23 drogas ilícitas o
medicamentos.
en función del tráfico.
Los responsables de la DGT se encargaron de
instalar los dispositivos que medían la cantidad de coches que
circulaban para estudiar las diferentes intensidades de tráfico. Con
los resultados obtenidos los investigadores extraerán las conclusiones
para hacer una nueva legislación.