Y no precisamente porque el drenaje se haya convertido en la nueva
bodega secreta de los narcotraficantes, sino porque los científicos han
desarrollado una técnica para evaluar el nivel de consumo de cocaína en
una municipalidad mediante el análisis de las aguas residuales, afirma
un estudio del OEDT.
Bautizado con el nombre de «análisis epidemiológico de aguas
residuales», el método consiste en medir niveles de sustancias
descompuestas provenientes de drogas ilegales expulsadas a través de la
orina de los consumidores.
Las muestras recogidas, a continuación, son utilizadas para
calcular, mediante una proyección científica, el consumo de drogas
ilegales en una zona específica.
En el caso de la cocaína, el principal metabolito expulsado a través de la orina es la benzoilecgonina.
De acuerdo con los expertos, la benzoilecgonina es el único producto
descompuesto expulsado del cuerpo humano por consumo de cocaína y la
orina es la única fuente para que ésta sustancia llegue a las aguas
residuales.
«De manera que es posible calcular a partir de la cantidad de
metabolitos en las aguas residuales la cantidad de cocaína consumida en
la comunidad (aunque no el número de consumidores», detalla el estudio.
Si bien el método aún se encuentra en una fase inicial de
desarrollo, los expertos de numerosas disciplinas coinciden que posee
un importante potencial para dar seguimiento al consumo de droga a
nivel municipal.
Además podría convertirse en un instrumento adicional a los
utilizados por los responsables de la salud pública para estimar la
magnitud de la problemática del consumo de drogas en una población.
Por ejemplo, con base al análisis de los billetes en circulación,
Alemania, España y el Reino Unido han obtenido importantes indicadores
sobre el consumo de cocaína.
«Necesitamos todas las herramientas posibles para evaluar las pautas
del consumo de drogas», declaró a BBC Mundo Wolfgang Götz, Director del
OEDT.
«Estamos particularmente preocupados por el consumo de cocaína
que está adquiriendo características preocupantes entre los europeos»,
precisó.
Se calcula que al menos unas 12 millones de personas han
consumido cocaína en algún momento de su vida en la Unión Europea, y
por lo menos unos 2 millones han usado esta sustancia durante el último
mes.
La tendencia más alcista se registra en Francia, Irlanda, Reino
Unido, Dinamarca, Portugal, Italia y España, aunque es entre los
italianos y españoles donde se registran los índices más alarmantes. Se estima que por cada mil adultos italianos y españoles hay
cinco consumidores problemáticos de cocaína, muy por encima de uno por
cada mil que registran países como Holanda y Finlandia.
De acuerdo con informes de inteligencia en poder del OEDT, los
narcotraficantes sudamericanos están diversificando sus rutas de
tráfico hacia el Viejo Continente. Si bien el Caribe sigue siendo la ruta por excelencia para la
cocaína destinada a Europa, cada vez toma fuerza el transporte a través
de los países de África Occidental, concretamente vía el Golfo de
Guinea y frente a las costas de Cabo Verde, Guinea y Guinea-Bissau.
Según los expertos, varios factores están influyendo para
convertir a la zona de África Occidental en un importante centro de
tránsito regional, entre ellos, la posición geográfica, la situación
vulnerable de las economías, la fragilidad del Estado y la
vulnerabilidad de los sistemas judiciales y fuerzas de seguridad.
La droga se introduce a Europa principalmente vía marítima y
oculta en buques pesqueros que desembarcan en las costas de Portugal y
España.