La reunión extraordinaria de Naciones Unidas de 2001 supuso uno de los
grandes hitos en la lucha contra el VIH, ya que determinó la creación
del Fondo Mundial para la Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la
Malaria, que supone un cuarto de la inversión global contra el sida.
Desde entonces ha ido batiendo récords año tras año, pero en un
contexto de crisis como el actual se tambalea: la ONU acaba de hacer
público que se enfrenta a un vacío de 5.000 millones de dólares (más de
3.800 millones de euros).
Recientemente agentes políticos y
sociales manifestaron que aunque el compromiso político
en esta materia es alto, los acontecimientos del mundo financiero
pondrán a prueba su resistencia.
La realidad ahora es que las últimas reuniones entre representantes del
fondo multilateral y los países que están presentando proyectos
«revelan que de lo presentado al dinero que se tiene hay un agujero de
5.000 millones de dólares, o lo que es lo mismo, de proyectos que no se
van a poder realizar», advierte Alberto Casado, responsable de
incidencia política de la red Acción por la Salud Global.
A no ser que los donantes aumenten sus compromisos, las subvenciones se reducirán un 25 por ciento.
Casado lo tiene claro: «Los donantes no están cumpliendo con lo
pactado». Por eso, «hacemos hincapié en que se exija una cuota justa,
es decir, que en función de las necesidades cada país establezca un
porcentaje de su PIB, de tal manera que se acabe con los compromisos
aleatorios de cada año».
Félix Fuentenebro, portavoz de Sida y
Desarrollo, también coincide en la importancia de que los gobiernos se
mantengan firmes, ya que la ONU cifra en un 40 por ciento la caída en
periodos similares de recesión.
En este sentido, Fidel López
Álvarez, de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el
Desarrollo en el área de salud, comenta que el Gobierno español «está
muy comprometido en la ayuda al desarrollo de los sistemas sanitarios»,
y será el encargado de organizar la próxima reunión del fondo. La cita,
que será en Cáceres en marzo, tendrá una doble vertiente: evaluar los
logros y mirar al futuro para buscar nuevas herramientas para dar
cobertura a la nueva demanda.
Además, al igual que el director de comunicación del fondo, Jon Lidén, achaca este déficit a las grandes expectativas creadas.
Fuentenebro
apunta hacia el otro lado de la balanza: la esperanza de declaraciones
como las de José Luis Rodríguez Zapatero reafirmando su compromiso y la
promesa de Barack Obama de duplicar anualmente la ayuda. Lidén ha
señalado que el Fondo Mundial ha pedido 2.700 millones de dólares a
Estados Unidos.