«Naciones Unidas está de acuerdo que estos centros son ilegales y
abusivos. Ahora, UNICEF y la Oficina de la ONU contra la Droga y el
Delito tienen que dejar claro al Gobierno de Camboya que debe
cerrarlos», dijo el director de Sanidad y Derechos Humanos de Human
Rights Watch, Joe Amon, según un comunicado de prensa
La ONG también pidió al organismo multilateral no reconocer
ninguna ley camboyana sobre drogas que no respete los estándares
internacional, en alusión al borrador de proyecto de ley que redacta
el Gobierno del primer ministro Hun Sen.
«Nos reunimos con UNICEF en Camboya el pasado septiembre para
hablar de estos abusos y nos dijeron que los iban a investigar, pero
no lo han hecho y mantienen que los menores están internados allí
voluntariamente», agregó Amon.
La Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito colabora con
asesoramiento y dinero (al menos un millón de dólares) con las
autoridades camboyanas en el desarrollo de medidas para combatir la
drogadicción desde el 2001.
Human Rights Watch añadió que han tratado de hablar con la
administración camboyana sobre el problema en varias ocasiones y
siempre lo han rechazado
