Aunque según los últimos sondeos son bajas las probabilidades de que prospere esta iniciativa, las alarmas ya han sonado y el debate en torno a cómo manejar la lucha contra las drogas se ha reavivado.
Juan Manuel Santos, el presidente de Colombia, un país que conoce bien el flagelo de la droga ya que es el principal productor de cocaína del mundo, planteó hoy en Cartagena de Indias si, ante iniciativas como la de California, «no es hora de revisar la estrategia global frente a las drogas» y de definir con Estados Unidos, el mayor consumidor del mundo, como reconducirla.
«Tenemos la autoridad moral para exigir una conversación franca que defina hacia dónde vamos, como socios e iguales, en esta lucha», advirtió Santos, quien subrayó que los latinoamericanos han puesto «muchos muertos» y hecho «muchos sacrificios» en esta lucha.
Santos habló así ante sus pares de Centroamérica, México y República Dominicana, algunos de los cuales ya han manifestado su inquietud por el referendo californiano.
El presidente de México, Felipe Calderón, reconoció a comienzos de este mes en una entrevista con el diario «La Razón» que si la Propuesta 19 es aprobada en el referéndum, las autoridades de su país van a estar «en un serio aprieto».
«Es realmente muy difícil para un Gobierno meter a la cárcel a un campesino que está sembrando marihuana para venderla a los californianos», sostuvo el presidente de México, país donde han muerto más de 28.000 personas desde diciembre de 2006 a agosto de 2010 a causa de la violencia vinculada al crimen organizado.
Santos señaló hoy que el referendo de California genera confusión y hace evidente que no se está actuando de manera consistente.
«Me pregunto si la octava economía del mundo (California), que promueve con tanto éxito su tecnología de punta, sus películas y sus buenos vinos, ¿va a permitir entonces la importación de marihuana a su llamativo mercado?», agregó.
El Gobierno estadounidense ha dejado claro que se opone «firmemente» a la legalización de la marihuana y que si la Propuesta 19 es aprobada, seguirá aplicando la Ley de Sustancias Controladas como hasta ahora, incluso en California.
El llamado zar antidrogas de Estados Unidos, Gil Kerlikowske, señaló recientemente que la legalización no va a hacer disminuir «los actos de violencia en ninguna parte», ni a resolver «los problemas económicos, ni de procuración de justicia».
La presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, que se declara «profundamente» preocupada por el referendo californiano, considera un «simplismo» pensar que la legalización de las drogas va a «curar toda la problemática alrededor del narcotráfico» y aboga por un análisis más «profundo» del asunto.
Por el contrario, el inversor George Soros cree positiva la legalización de la marihuana, porque a su juicio las leyes que la castigan hacen «más daño» que lo que aportan de bueno, ya que no han logrado impedir que «sea la sustancia ilegal más consumida en Estados Unidos» y en otros países.
En un artículo publicado hoy por The Wall Street Journal, Soros señala que su legalización «permitiría ahorrar miles de millones en costes de aplicación de la ley y encarcelamientos», además de reducir «los delitos, la violencia y la corrupción» asociada al narcotráfico.
Los ex presidentes Fernando Henrique Cardoso, de Brasil, César Gaviria, de Colombia, y Ernesto Zedillo y Vicente Fox, de México, también han defendido la legalización, aunque con matices, como estrategia contra las drogas.
Hasta Mario Vargas Llosa, premio Nobel de Literatura 2010, propuso a comienzos de este año «ensayar» alguna forma de legalización de las drogas usando para ello las «fortunas» que se destinan a la represión del narcotráfico, algo en lo que, a su juicio, «se fracasa sistemáticamente».
En este sentido, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, reconoce que el combate contra el narcotráfico no está dando «el resultado esperado».
Una de las razones del fracaso es para Insulza que no se golpea suficientemente «lo esencial»: las finanzas de los narcos, según dijo en una reunión celebrada este mes en México.
En un estudio sobre las consecuencias que tendría la aprobación de la Propuesta 19, RAND Corporation, un centro de análisis de EE.UU., cifra entre 1.000 y 2.000 millones de dólares la cantidad anual que generan las «exportaciones» de marihuana desde México a Estados Unidos y opina que una legalización en California no produciría un descenso significativo de esos ingresos.
«El único escenario en el que podrían reducirse sustancialmente los ingresos de las organizaciones de narcotráfico sería si la marihuana superpotente producida en California se traficase a otros estados de EE.UU. a precios más bajos que los de la mexicana», señala RAND Corporation.
Según el organismo de Naciones Unidas para la lucha contra la drogas (ONUDD), la superficie total cultivada con cannabis en el mundo es de 200.000 a 641.800 hectáreas, incluidas las plantaciones al aire libre y las de «interior», éstas últimas en crecimiento en países como EE.UU.
Un dato significativo es que en 2008 se incautaron en el mundo 6.587 toneladas métricas de «cannabis», un 25% (1.657) de las cuales en México y un 22% (1.472) en EE.UU.