12 noviembre 2008
Las drogas de diseño generan miles de toneladas de basura tóxica en la UE

La producción a escala industrial de drogas sintéticas y de diseño, en
cuyo proceso de fabricación se emplean gran cantidad de sustancias
tóxicas, está empezando a convertirse en un grave problema
medioambiental para la Unión Europea, para el que no se atisba ninguna
solución más allá de la lucha genérica contra el narcotráfico


Según el informe anual del Observatorio Europeo de las Drogas y las
Toxicomanías, que la Comisión Europea presentó la semana pasada en
Bruselas, Europa se ha convertido en uno de los principales productores
mundiales de sustancias como el éxtasis, las anfetaminas y la
metanfetamina, cuya síntesis origina una enorme cantidad de desechos
peligrosos que, por la naturaleza ilegal de la actividad de la que
provienen, no se someten a tratamiento alguno.

«Por regla general, en la producción de un kilogramo de
anfetaminas o de MDMA (metilendioximetanfetamina, conocida como crystal
entre sus consumidores), se crean aproximadamente entre 15 y 20 kilos
de residuos que incluyen productos químicos tóxicos e inflamables que
representan un riesgo para el medio ambiente» sostiene el informe.
Quinientas toneladas.

El observatorio calcula que cada año se producen en todo el
mundo alrededor de 500 toneladas de ese tipo de sustancias, la mayoría
en Europa. Y si se aplica esa proporción, eso significa entre 7.500 y
10.000 toneladas de basura química. «En términos de daños al medio
ambiente y de saneamiento de los vertederos ilegales de residuos
químicos que se derivan de la producción de drogas sintéticas, los
costes pueden ser cuantiosos», aseguran los expertos, que advierten
también de que han detectado «un incremento general de la producción»
de esos principios activos.

Los datos proporcionados al Observatorio Europeo por los
Gobiernos de los Veintisiete permiten inducir que las bandas dedicadas
a la fabricación de drogas de síntesis «emplean procedimientos cada vez
más sofisticados», como el uso «de cubas de gran tamaño, de
equipamiento industrial y de equipos móviles», que les permiten
producirlas cada vez a mayor escala.

Según los datos del estudio, la producción anual de anfetaminas
se eleva a unas 126 toneladas en todo el planeta, de las cuales la
inmensa mayoría se originan en la Unión Europea. La lucha policial da
algunos resultados, ya que en el 2006, el año de referencia del
informe, se incautaron 19 toneladas de pastillas, 390.000 de ellas en
España, y otras 6,2 toneladas de anfetamina en polvo. Además, se
aprehendieron notables cantidades en bruto de algunos elementos
precursores de esa sustancia, como la efedrina, la fenilpropanona, el
metilendioxifenil o el safrol.

Pese a todo, la represión policial contra las mafias del
narcotráfico no ha conseguido eliminar los laboratorios clandestinos
europeos dedicados a la producción de anfetaminas, que representan casi
el 80% de todos los que hay en el mundo y que se concentran
especialmente en los Países Bajos, en Bélgica y, en menor medida,
Polonia.

Algo parecido sucede con el éxtasis, cuya producción
mundial ronda las 102 toneladas anuales, de las cuales apenas se
incautaron 4,2 en el 2006. Casi la mitad de los alijos se realizaron en
la UE, el principal productor del mundo. La mayoría de las
instalaciones ilegales están ubicadas en el triángulo de los tres
países citados, y también en el Reino Unido.

Europa no es líder en la fabricación de metanfetaminas
-alrededor de 266 toneladas incautadas cada año en todo el planeta-,
aunque, según el Observatorio de las Drogas, la República Checa y
Eslovaquia están adquiriendo un creciente papel protagonista, ya que
casi el 60% de las operaciones contra el narcotráfico ejecutadas en
ambos países tuvieron su origen en el comercio de esa sustancia.