Un informe de la ONUDD alerta sobre los peligros que amenazan los avances en la fiscalización de drogas
04 julio 2008
Un informe de la ONUDD alerta sobre los peligros que amenazan los avances en la fiscalización de drogas

El
Informe Mundial sobre las Drogas 2008, presentado por el Director Ejecutivo de la Oficina de las Naciones
Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), Antonio Maria Costa,
muestra que la reciente estabilización conseguida en el mercado mundial
de las drogas se ve amenazada. Un repentino aumento del cultivo de la
adormidera y la coca, unido al riesgo que supone el consumo creciente
de estupefacientes en los países en desarrollo, amenaza con socavar los
recientes progresos en la fiscalización de esas sustancias


El informe de la ONUDD indica que, de cada veinte personas
(de 15 a 64 años), no llegan a una las que han probado drogas al menos
una vez en los 12 últimos meses. Los consumidores problemáticos de
estupefacientes (personas con trastornos graves por drogodependencia)
no llegan a un décimo de ese porcentaje de por sí ya reducido: 26
millones, alrededor del 0,6% de la población adulta del planeta.

«En los últimos años la fiscalización de estupefacientes ha
conseguido extraordinarios avances, sobre todo en comparación con otras
sustancias psicoactivas», afirmó el Director de la ONUDD. Cada año
mueren en todo el mundo 5 millones de personas a causa del tabaco,
alrededor de 2,5 millones por culpa del alcohol, y unas 200.000 por
efecto de las drogas ilícitas. «La fiscalización de estupefacientes ha
dado importantes resultados: la heroína, la cocaína y las sustancias
sintéticas son desastrosas para quien las consume, pero no tienen
repercusiones tan graves en la salud pública como el tabaco y el
alcohol», constató el Sr. Costa. No obstante, advirtió de que «en el
futuro, hemos de estar aún más prestos a la acción. Los grandes
aumentos registrados últimamente en la oferta de estupefacientes
procedentes del Afganistán y de Colombia pueden hacer que suban las
tasas de drogadicción por la caída de los precios y la mayor pureza de
las dosis».

El sistema de fiscalización internacional de drogas se instauró a
lo largo de un siglo, empezando por la comisión creada en 1909 en
Shanghai para controlar el comercio del opio. El Informe Mundial sobre las Drogas de este año pasa una mirada
retrospectiva sobre 100 años de estrategias de acción en materia de
drogas. Pone de relieve que, en comparación con la situación de hace un
siglo, la producción mundial de opio ha bajado alrededor del 70%,
aunque la población terrestre se multiplicó por cuatro durante ese
mismo período. El informe pasa también revista a las tendencias
registradas en cuestión de drogas desde que en un período
extraordinario de sesiones de la Asamblea General, celebrado en 1998,
se instara a los países a redoblar esfuerzos en la lucha contra los
estupefacientes. «Las estadísticas al respecto muestran que el problema
de la droga se redujo de manera espectacular a lo largo del último
siglo y se ha estabilizado durante el decenio pasado», afirmó el Sr.
Costa.

Sin embargo, el
Informe Mundial sobre las Drogas 2008,
alerta sobre el brusco aumento de la oferta de drogas registrado
últimamente. En el Afganistán la cosecha de adormidera en 2007 fue
extraordinaria: en consecuencia, la producción ilícita mundial de opio
casi se ha duplicado desde 2005. El cultivo se realiza en su mayor
parte (80%) en cinco provincias del sur, donde las bandas rebeldes de
los talibanes sacan provecho de las drogas. En el resto del país el
cultivo de la adormidera está llegando a su fin o pasando a niveles
bajos. «El aumento de la estabilidad y el incremento de la asistencia
económica están terminando con el opio en muchas provincias afganas. En
las zonas del sur, controladas por los talibanes, la lucha contra los
estupefacientes y contra la insurrección ha de librarse
simultáneamente», aseveró el principal dirigente de las Naciones Unidas
en materia de drogas.

El mismo panorama se presenta en Colombia, donde el
cultivo de la coca aumentó una cuarta parte (27%) en 2007, si bien se
mantuvo alrededor del 40% por debajo del punto culminante alcanzado
en 2000. La producción de hoja de coca y de cocaína estaba fuertemente
concentrada: diez municipios (5% de los 195 existentes en el país) eran
los responsables de casi la mitad de la producción total de cocaína
(288 toneladas métricas) y de un tercio del cultivo (35.000 hectáreas).
«En Colombia, exactamente igual que en el Afganistán, las regiones
donde más se cultiva la coca están bajo el control de los rebeldes»,
señaló el Sr. Costa.

Pese a este importante aumento del cultivo de la coca, la
cocaína elaborada en Colombia (el mayor productor mundial) permaneció
invariable a causa de la disminución del rendimiento, debida a la
explotación de parcelas periféricas, es decir, menores, más dispersas,
lejanas. «En los últimos años el Gobierno colombiano destruyó las
grandes plantaciones de coca recurriendo a erradicaciones masivas por
medios aéreos. Fue sin duda una campaña fructífera contra los grupos
armados y los traficantes a la vez. En el futuro, con las FARC en
situación precaria, posiblemente sea más fácil controlar el cultivo de
la coca», afirmó el Sr. Costa.

El mercado mundial del cannabis se muestra estable o
incluso en ligero descenso. Se estima que la producción de hierba de
cannabis ha disminuido alrededor del 8% con respecto a 2004, y que la
producción de resina de cannabis se redujo aproximadamente un 20% entre
2004 y 2006. Sin embargo, se aprecian tendencias preocupantes: el
Afganistán se ha convertido en un gran productor de resina de cannabis,
superando tal vez a Marruecos. En los países desarrollados, el cultivo
en interiores produce variedades de la hierba más potentes. El
contenido medio de sustancia psicoactiva de la droga (THC) se duplicó
casi en el mercado estadounidense entre 1999 y 2006, pasando del 4,6%
al 8,8%.

El consumo de estimulantes de tipo anfetamínico, como la
metanfetamina y el éxtasis, ha permanecido estacionario a nivel mundial
desde el año 2000. No obstante, su producción y consumo sigue siendo un
gran problema en el Asia oriental y sudoriental y comienzan a aparecer
mercados en el Oriente Cercano y Medio.

El informe confirma que ha habido un desplazamiento
sistemático de las principales rutas del narcotráfico, sobre todo en el
caso de la cocaína. En vista de la estabilidad de la demanda de esta
droga en Europa y del aumento de la capacidad de interceptación a lo
largo de las rutas tradicionales, los narcotraficantes han puesto su
mira en el África occidental. Ello supone un peligro para la salud y la
seguridad en la región. «Los Estados del Caribe, América Central y el
África occidental, así como las zonas fronterizas de México, se ven
situados entre dos frentes, el de los mayores productores mundiales de
coca (los países andinos) y el de los más importantes consumidores
(América del Norte y Europa)» advirtió el Sr. Costa. «El dinero
generado por la droga corrompe a las autoridades e incluso sirve para
financiar el terrorismo: la promoción del estado de derecho es la mejor
manera de combatir el narcotráfico».

El
Informe Mundial sobre las Drogas 2008,
revela el temor, aunque por ahora sin pruebas, de que aparezcan
mercados de drogas en los países en desarrollo. «La amenaza a los
países pobres existe sin duda. Los gobiernos débiles no pueden hacer
frente a los embates de los poderosos barones de la droga ni a la
drogadicción. Hay que anticiparse al ataque recurriendo a la asistencia
técnica, a una mejora de la prevención y tratamiento frente a los
estupefacientes y a una cooperación más intensa en la represión
coercitiva», aseguró el Director de la ONUDD.

Señalando que los recursos destinados a la seguridad
pública sobrepasan con mucho los dedicados a la sanidad pública, el
orador exhortó a prestar más atención a la salud, principio primordial
en la fiscalización de drogas. «La drogodependencia es una enfermedad
que se debe prevenir y tratar como cualquier otra», dijo el Sr. Costa.

Refiriéndose al 60º aniversario de la Declaración
Universal de Derechos Humanos, que se cumple este año, el Director de
la ONUDD instó también a respetar plenamente los derechos humanos en el
ejercicio de la fiscalización antidroga. Se pronunció en favor de los
derechos humanos de los drogadictos y en contra de la pena capital para
los delitos de drogas. «Las drogas matan, pero nosotros no debemos
matar por su culpa», afirmó el Sr. Costa.